15 Junio, 2010 por CarrionDigital Categoria: Colaboraciones
Los amantes de la basura
FLAVIANO CASAS MARTÍNEZ
Tierra de Campos: antaño tierra de sabor, hogaño tierra de pavor. Al proyecto de cementerio nuclear se unen ahora un macro-vertedero de residuos industriales y una “excelente” compañera de viaje: la incineradora. La singular villa de Ampudia con su historia, su arte, sus posibilidades turísticas y de desarrollo sostenible, se verá emponzoñada por más de ciento cincuenta mil toneladas de residuos industriales, “un vaso de rechazos de gran capacidad”, en palabras de la consejera María Jesús Ruiz, y la espesa neblina de la incineradora. Un extraño y aterrador fantasma contaminante recorre Castilla y León, conocida ya como basurero de residuos universales. Los nocivos efectos sinérgicos saltan a la vista: primarios, secundarios, directos y difusos. Una incineradora para aventar “olores y sabores”. ¿De la tierra? (Foto Flickr, Tierra de Campos, Parador de Autilla del Pino).
El modelo de Castilla y León para “gestionar” residuos es una copia archiconocida del método italiano. Negocio encubierto, secretismo, permisividad político-administrativa, con el fin de acoger los desechos foráneos. Carecemos de industrias; y ahora, a cambio de treinta puestos de trabajo (fogonero incluido), pondrán en grave riesgo la salud pública y la calidad de vida de varias comarcas y de la ciudad de Palencia. El smog foto-químico (capa densa contaminante) afectará de lleno a las poblaciones, al espacio atmosférico que arrastrará las emisiones empujadas por los vientos dominantes (PM 10, CO2, óxidos de Nitrógeno, y otros gases precursores de la lluvia ácida). Los óxidos de N. pueden alterar el ozono, convirtiéndolo en troposférico, y originando un contaminante muy peligroso para la salud de las personas, de los animales y de las plantas, además de mermar las producciones y la calidad de las mismas.
Por encima de los políticos y de sus mezquinas pretensiones, debemos afirmar que la Tierra de Campos no es un vertedero, ni un cementerio nuclear, ni una incineradora de residuos. La batalla ecológica y medioambiental que se plantea es un serio compromiso por la dignidad, por la justicia social; y una firme apuesta por el devenir de sucesivas generaciones. Resultaría descabellado el hecho de crear treinta puestos de trabajo, a cambio de destruir trescientos, o tres mil posibilidades de futuro. Decíamos ayer: “la basura nunca viaja sola”; y los buenos proyectos, tampoco. Ahí tenemos la próspera villa galletera de Aguilar que se nutre del cereal terracampino, Prada a tope, Pascual …, en tanto que las zonas degradadas por los residuos y desechos están abocadas a la devastación.
Según informa Ecologistas en Acción, la incineradora quemará lodos, pasta de rechazos de papel, plásticos clorados (PVC) con emisión de sustancias tóxicas y cancerígenas (dioxinas y furanos), además de toneladas de metales pesados. Las cenizas tóxicas colmatarán cerros, valles y campiña a través del espacio atmosférico, mientras los lixiviados afectarían a la re-circulación de las aguas, debido a las condiciones y naturaleza del terreno (precipitación del carbonato cálcico). Tierra de Campos y Montes Torozos deben movilizarse por la salud, crear una Plataforma Anti-incineradora y una Comisión Médica, porque hay humos que matan y la Ciencia reconoce como exigencia básica el principio de la precaución.
La camorra de la basura nuclear ha agredido física y verbalmente a una profesora jubilada de Congosto de Valdavia, por oponerse al cementerio atómico. Decíamos ayer: “porca miseria”. Decimos hoy: “nuclear, diossina e manganelli”. Los facinerosos/as. utilizan el puño democrático bajo el consentimiento de los politicastros y los sobres del tentador business. Castilla y León se vislumbra como la alfombra de tierra más contaminada de España. Hagamos procesiones satíricas contra la incineradora, portando la parrilla chamuscada de San Lorenzo. ¡Huele a tierra quemada!
Fuente: Carrión Digital
Los amantes de la basura
FLAVIANO CASAS MARTÍNEZ
Tierra de Campos: antaño tierra de sabor, hogaño tierra de pavor. Al proyecto de cementerio nuclear se unen ahora un macro-vertedero de residuos industriales y una “excelente” compañera de viaje: la incineradora. La singular villa de Ampudia con su historia, su arte, sus posibilidades turísticas y de desarrollo sostenible, se verá emponzoñada por más de ciento cincuenta mil toneladas de residuos industriales, “un vaso de rechazos de gran capacidad”, en palabras de la consejera María Jesús Ruiz, y la espesa neblina de la incineradora. Un extraño y aterrador fantasma contaminante recorre Castilla y León, conocida ya como basurero de residuos universales. Los nocivos efectos sinérgicos saltan a la vista: primarios, secundarios, directos y difusos. Una incineradora para aventar “olores y sabores”. ¿De la tierra? (Foto Flickr, Tierra de Campos, Parador de Autilla del Pino).
El modelo de Castilla y León para “gestionar” residuos es una copia archiconocida del método italiano. Negocio encubierto, secretismo, permisividad político-administrativa, con el fin de acoger los desechos foráneos. Carecemos de industrias; y ahora, a cambio de treinta puestos de trabajo (fogonero incluido), pondrán en grave riesgo la salud pública y la calidad de vida de varias comarcas y de la ciudad de Palencia. El smog foto-químico (capa densa contaminante) afectará de lleno a las poblaciones, al espacio atmosférico que arrastrará las emisiones empujadas por los vientos dominantes (PM 10, CO2, óxidos de Nitrógeno, y otros gases precursores de la lluvia ácida). Los óxidos de N. pueden alterar el ozono, convirtiéndolo en troposférico, y originando un contaminante muy peligroso para la salud de las personas, de los animales y de las plantas, además de mermar las producciones y la calidad de las mismas.
Por encima de los políticos y de sus mezquinas pretensiones, debemos afirmar que la Tierra de Campos no es un vertedero, ni un cementerio nuclear, ni una incineradora de residuos. La batalla ecológica y medioambiental que se plantea es un serio compromiso por la dignidad, por la justicia social; y una firme apuesta por el devenir de sucesivas generaciones. Resultaría descabellado el hecho de crear treinta puestos de trabajo, a cambio de destruir trescientos, o tres mil posibilidades de futuro. Decíamos ayer: “la basura nunca viaja sola”; y los buenos proyectos, tampoco. Ahí tenemos la próspera villa galletera de Aguilar que se nutre del cereal terracampino, Prada a tope, Pascual …, en tanto que las zonas degradadas por los residuos y desechos están abocadas a la devastación.
Según informa Ecologistas en Acción, la incineradora quemará lodos, pasta de rechazos de papel, plásticos clorados (PVC) con emisión de sustancias tóxicas y cancerígenas (dioxinas y furanos), además de toneladas de metales pesados. Las cenizas tóxicas colmatarán cerros, valles y campiña a través del espacio atmosférico, mientras los lixiviados afectarían a la re-circulación de las aguas, debido a las condiciones y naturaleza del terreno (precipitación del carbonato cálcico). Tierra de Campos y Montes Torozos deben movilizarse por la salud, crear una Plataforma Anti-incineradora y una Comisión Médica, porque hay humos que matan y la Ciencia reconoce como exigencia básica el principio de la precaución.
La camorra de la basura nuclear ha agredido física y verbalmente a una profesora jubilada de Congosto de Valdavia, por oponerse al cementerio atómico. Decíamos ayer: “porca miseria”. Decimos hoy: “nuclear, diossina e manganelli”. Los facinerosos/as. utilizan el puño democrático bajo el consentimiento de los politicastros y los sobres del tentador business. Castilla y León se vislumbra como la alfombra de tierra más contaminada de España. Hagamos procesiones satíricas contra la incineradora, portando la parrilla chamuscada de San Lorenzo. ¡Huele a tierra quemada!
Fuente: Carrión Digital
